La fachada de la Catedral del Granada comenzó a construirse en 1660, más de un siglo después de la colocación de la primera piedra. La primera intención del Cabildo de la Catedral era proseguir con el diseño proyectado por Diego de Siloé, sin embargo, no fue así.
La construcción de la fachada de la Catedral de Granada
Aunque existía un proyecto redactado por Siloé, finalmente es Alonso Cano quien recibe el encargo de proyectar la fachada en el año 1667. Si embargo, la muerte sorprendería al maestro ese mismo año y serían sus sucesores los encargados de completar y concluir el proyecto, aportando, cada uno, su toque personal.
Tras la muerte de Cano en 1667 le siguió José Granados de la Barrera (1668-1685) y posteriormente Melchor de Aguirre (1688-1697). De manera paralela, ocuparon la sede episcopal cuatro arzobispos; Diego Escolano y Ledesma (1669-1672), fray Francisco de Rois y Mendoza (1673-1677), fray Alonso Bernardo de los Ríos y Guzmán (1677-1692) y el gran mecenas de la Catedral, Martín de Ascargorta (1693-1799).
La fachada de Alonso Cano para la Catedral de Granada
Cuando, en 1666, Alonso Cano es nombrado maestro mayor y se hace cargo del diseño de la fachada, ya había dejado su impronta en algunas capillas de la catedral con una valiosa colección de pinturas y el diseño de otros elementos muebles.
Alonso Cano integra en su proyecto los grandes pedestales colocados en este punto desde la época del maestro Siloé. Aprovecha los poderosos estribos de los arcos para asentar las bóvedas vinculando el interior y el exterior del templo. Y además recupera la idea triunfal con la que fue concebido el templo y la plasma en un inmenso arco de triunfo de tres vanos.
¿Cuántas fachadas españolas del siglo XVII pueden darse como equivalente a esta? Y aún pensando en lo italiano, hay que reconocer que fuera de los ejemplos del Borromini, el Bernini y P. de Cortona, son contados los casos de fachadas barrocas seiscentistas de la fuerza y originalidad de la granadina.
Emilio Orozco Díaz
Decoración de la fachada de la Catedral de Granada
Concluidos los trabajos meramente arquitectónicos, a lo largo del siglo XVIII se completa la ornamentación de la fachada, desarrollando un completo programa iconográfico. Entre otros, trabajan en esta etapa el granadino José Risueño y Alcónchez (1665-1732), el sevillano Pedro Duque Cornejo y Roldán (1678-1757) y de los franceses Verdiguier.
Iconografía de la fachada de la Catedral de Granada
Como hemos dicho, la fachada tiene forma de arco triunfal con tres vanos. La puerta central destaca, siendo más alta que las dos adyacentes. A ambos lados de esta puerta principal, San Pedro y San Pablo custodian la entrada.
Sobre este arco encontramos un tondo con un alto relieve tallado en mármol blanco por José Risueño. Se trata del tondo de la Encarnación, misterio al que está dedicada la seo granadina. Sobre él la inscripción Ave María con la que el arcángel San Gabriel saludó a la Virgen.
En las pilastras que enmarcar este arco central, en la parte superior del primer cuerpo, encontramos a San Marcos y San Lucas representados, junto a sus atributos habituales, el león y toro.
En el segundo cuerpo llama la atención la gran claraboya estrellada, de simbología eucarística y trinitaria. Y sobre ella, el gran jarrón de azucenas, símbolo de la pureza de María y emblema de la Catedral. Apoyadas sobre la cornisa, dos figuras representan el antiguo y el nuevo testamento. Corona todo el conjunto una cruz de hierro escoltada por sendos pináculos
Puertas laterales de la fachada de la Catedral
Las puertas laterales siguen una estructura similar. Sobre el arco sur, más próximo a la iglesia del Sagrario, encontramos el relieve de la Asunción de la Virgen. Por su parte, en el arco más próximo a la torre campanario encontramos el relieve de la Visitación de María a su prima Isabel
En el remate de las pilastras laterales se repiten los medallones con figuras evangélicas. En este caso encontramos a Mateo y San Juan representados junto con sus símbolos, el ángel y el águila.
